¿PISCIS?

PISCIS

A veces, los humanos sentimos que queremos algo y lo exteriorizamos de la única manera que sabemos: por medio de la  Exigeción .


Así de absurdo es exigir algo, como el intentar "inventar" una palabra cuando no se conoce la correcta. Sólo por el hecho de que no sabe nada al respecto. Hay veces que se inventa; pidiendo no sólo una comprensión de su exigencia, sino también un apoyo total en la adquisición de un helicóptero militar, cuando realmente es un asiento en un tren que sólo puede conducir hacia un laberinto infinito de donde ya no hay salida. Llegando a un punto en donde la fatiga del caminar hace que se permanezca inmóvil y se creé un hoyo; algo así como una úlcera por presión acumulada 
(el hueco del pendejísmo). -Porque es un sitio muy confortante y muy recurrido-.Respetos para quien crea una silueta tibetana de remembranza en un sitio pero con propósito continuo; en movimiento. Pero, hacer un hoyo negro sólo porque no se encuentra una salida correcta en el laberinto de la vida, toma un asiento en el tren del pendejísmo. Exigir no es un derecho, tampoco debería de ser  usado como una obligación. El poder que adquiere la persona exigidora (exigente) es inhumano.

Paradójicamente, el humano encuentra el arte de la exigeción sobrehumano y es la razón principal por la cual todo esto va de voz en voz y de mano en mano; llenando los vagones y, vaciando los aviones.
El humano; irracionalmente encuentra en el placer en la exigeción poder. El poder creciente conlleva responsabilidades. Las cuales, no todos están preparados para cargarlas en su lomo. Pero, sin embargo, con la exigeción el poder no es innato ni voluntario: se impone. La exigeción es impuesta hacia el samaritano. ¡Eh ahí el problema! La exigeción es inhumana, no la exijas… 

¡Gánala!


Las imposiciones van en contra del ser vivo. El ser vivo debe de ser libre, racionalmente libre; innatamente libre; voluntariamente libre: no ser impuesto a la libertad. Así, en su vida habrá un poco de todo. La naturaleza que lo rodea permanecerá caóticamente equilibrada: naciendo un poco más, de lo que muere. La clave yace en la simplicidad del ciclo continuo de la vida y el ser humano se ha ido acomplejando con el pasar de los tiempos evitando la simpleza y confrontando la complejidad "laica, soberana y equitativa". Nos exigimos mucho vivir. Al final, lo único que terminamos haciendo es encadenar el camino y la evolución mental, yendo hacia el poder de la exigeción (pendejísmo en supremacía). Como el que creé que cambiar oro por cristal no es buena idea, sino una completa injusticia; por ejemplo.

El poder de las mentes individuales actúan en cooperativas -con relaciones de hasta 1:7'000'000'000 algunas veces-, ellos, generan evoluciones altamente riesgosas para la prosperidad del ser individual. Y, pero sobre todo: para el equilibrio y el orden del ser colectivo como especie.


<< Algunos (la mayoría) deberían de comenzar a vivir y dejar de exigirse vivir>>.
Deberíamos quitar las cadenas de nuestras conexiones neuronales ancladas al espiral del ADN que nos envuelve, para poder comenzar a despertar nuevas conexiones. Conexiones que no nos envuelvan pero sí que nos soporten. El instinto es bueno siempre y cuando no haya sido tocado por la exigeción del pendejísmo.

El instinto es bueno cuando se intuye; no cuando ha sido incrustado.

Se dice por la exigencia y, "punto final”.


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